miércoles, 12 de febrero de 2014

ESPAÑA Y SER MADRE A LA FUERZA: MUJERES INCUBADORAS




Las Esculturas Híbridas de Liu Xue representan
lo que somos para Gallardón

Las votaciones de ayer en el Congreso demuestran que ser madre a la fuerza es ahora una decisión externa, lo decide un partido político, no cada mujer. 


 Es una ley completamente perversa, que reprime 
y hace pasar a la mujer por un calvario de pruebas, y lo peor: la hace sentir  sucia e inmoral hacia la vida si entra en oposición a la ley. 


Aclaremos la demagogia...

Texto: Suzanne


Gallardón nos sitúa a las mujeres en la Edad Media y en la lista de países más atrasados de Europa, así que es una discriminación institucional ejercida desde la política. Nadie ha contado con los colectivos de mujeres de todas las ideologías, absolutamente nadie para llevar a cabo esta reforma que muchas no hemos votado. 

Si nos quieren ayudar que den  subsidios a la natalidad y que ésta sea compartida y libre. Que igualen el sueldo de todas las mujeres de este país y que no haya desigualdades para quien puede pagarse lo público y lo privado, que haya menos represión y más comprensión. Que aumenten la educación  para la prevención de los embarazos. Pero que no nos repriman la libertad de nuestro cuerpo.

Ni un paso más en este Ley del aborto que impide la libertad de las mujeres.

El derecho al aborto, tal como estaba,  no obligaba a nadie a abortar, sólo garantizaba precisamente en qué condiciones se hacía y garantizaba la salud de las personas.  Las mujeres no abortan por gusto, no es algo que nadie desee hacer, ni un placer.  Sin embargo ser madre exige sentir la capacidad de que una puede salir adelante con lo que venga.


Vivimos en la hipocresía cultural del debate de lo que es vida. Con la demagogia política del embarazo de las mujeres nos remontamos a la Santa Inquisición en la Edad Media. Y luego queremos usar la ciencia para lo que nos interesa en el siglo XXI.    A estas alturas ya no se puede poner en tela de juicio  lo que es un bien jurídico protegible a elegir entre lo que denominan “vida” y la mujer. ¿Qué se protege?.

  • La mujer vive, existe en el presente y tiene que desear su maternidad para parir, proteger, educar y criar en un mundo con pocos recursos y apoyo social.
  • Una criatura debe ser deseada para  crecer feliz, una persona debe estar segura de que quiere seguir adelante con su embarazo bajo  todas las consecuencias futuras.  
  • La vida,   empieza o termina según la ciencia en una célula. Pero si tomamos la ideología política o la cultura diríamos que comienza o termina y se modifica con las ideas, las creencias,  y por ello hay quien cree en la vida eterna, la reencarnación, o quien tiene la hipocresía política de convertirse en dios para determinar cual es el origen de la vida lícito para poder abortar o no, sin tener en cuenta a quien se embaraza y pare.

¿Puede la política mejor que una mujer discriminar
dónde empieza la vida o cuando es lícito el aborto?
 ¿Alguien tiene tanta sabiduría para saber  lo que está bien o mal sobre la vida de otras?, ¿quién pretende darnos clases de moral a las madres sobre nuestra conciencia?. No es la ciencia, es un hombre, un partido, una moral determinada, una ideología.

Partiendo de esa base pensamos que tal como estaba la ley en España, sí funcionaba con unas garantías lógicas, y algo que funcionaba nunca debería cambiarse a peor. Así que el único interés es ideológico. Tan ideológico que ni las propias mujeres del Partido Popular son capaces de expresarse libremente por miedo.   Al parecer un partido puede imponer cuál es la autonomía de las mujeres y manda sobre su cuerpo en una cuestión tan íntima, difícil y personal como es continuar un embarazo no deseado. Una ley que hace pasar a la mujer por un sinfín de manos que definirán, en un momento “tan delicado y duro para ella”, si está dentro de los supuestos de despenalización. Será un médico el que valore si la mujer está en grave peligro psíquico o físico.


También es una ley que ignora a los profesionales, poniéndoles contra las cuerdas de la objeción de conciencia. 

 “Las mujeres españolas volverán a dividirse en dos grupos: las que se puedan permitir viajar a un país vecino para acceder a un aborto seguro, y las que no puedan y se vean obligadas a un aborto clandestino”  (Valenciano, en el Congreso el 11 de febrero 2014).

Pronto nos olvidamos de la historia reciente. En España, hace escasamente 25 años, las mujeres tenían que irse a abortar a Londres. Hubo muchas muertes hasta que se reguló la ley que ahora pretende eliminar Gallardón para imponernos su criterio. Quizá ahora para evitar que vayamos a otro país nos sometan también a una ecografía o test de embarazo antes de salir de España, porque no sería de extrañar que nos traten como gallinas, dado que la imposición tiene como única lógica una ideología patriarcal que relega a la mujer a un mero papel reproductor sin decisión sobre su cuerpo.

Aquí se olvida que la no legalización supone llevar a muchas mujeres a intentos desesperados en la clandestinidad, y que hará crecer todo tipo de chapuzas varias al margen de la legalidad con un gran riesgo para la vida de la mujer. 

MUJER INCUBADORA,
 MUJER PONEDORA 
En conclusión: Nadie tiene derecho a decidir lo que es el bien y el mal y mucho menos lo que es mejor para usted ¿NO?.

El regular el derecho al aborto no va en contra de ninguna vida, sólo regula cómo debe seguirse un protocolo, pero la ley Gallardón, si pone la vida de la mujer al servicio del hombre, la familia y la reproducción.  LA MUJER NO ES UNA MERA INCUBADORA.


Es una ley que pone polémicas innecesarias en la prensa. Es una ley que pretende tacharnos de inmorales por defendernos y opinar en contra. Pero el partido popular está haciendo juicios minusvalorativos hacia un grupo completo, no político, el grupo MUJERES, y lo hace en base a sus ideas prefijadas de cómo debe ser la mujer sumisa y obediente.


 La ley de Gallardón pretende lo mismo que las sectas que editan libros y vídeos bajo esa idea de cásate y sé sumisa, tanto aquí en España, como en EEUU, son lavacerebros moralistas para personas.

Habrá quien no lo vea así, pero es que el problema de las visiones proviene muchas veces de prejuicios aprendidos. Sí, sí de prejuicios. Es fácil dejarnos influir sin pensar lo que está bien o mal, porque lo que escuchamos de la familia, de la escuela, de la televisión, de nuestro grupo. Al igual que en la antigua usanza en España, a base de imposición se nos influencia la opinión, se nos confunde, se nos moraliza. Pero hasta que una no tiene que lidiar con el problema no sabe lo qué significa. Quizá por eso ayer votaron las mujeres del PP obedientes o quizá por ello Davinia Saorín opine como opina, llamando terroristas a las mujeres que abortan. Y con estas opiniones la mujer de antaño con este método fue un ser resignado a lo que le viniese, era un ser destinado al hogar y la crianza. 

Pero es que la mujer ya no pertenece al ámbito de lo privado o lo familiar. La mujer tiene voz y voto en sociedad, elige si trabaja o no y aunque con empujones como este se pretenda quitarnos la palabra, la mujer debe elegir qué quiere, por derecho.

En definitiva, si se piensa con detalle, sólo hay detrás de esta ley  cuestiones ideológicas de un grupo que tiene el poder, que quiere aumentar la natalidad y cubrirse de alianzas de moralidad eclesiásticas, pero la ley no ayuda a mejorar la salud ni la calidad de vida de ninguna madre o descendiente.  

Queremos que  dejen la Ley de interrupción del embarzo tal como estaba, con plazos y libertad de elección, sólo esto nos protegerá la vida y la salud.

Fuentes:

Garea, F. (11/02/2014). El PP impone el apoyo en bloque a la ley del aborto pese al malestar interno. Periódico el País.



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