MADRES POR LA PAZ: DEJAD QUE LOS INOCENTES JUEGUEN JUNTOS

Próxima tetralogía a favor de la paz
en el conflicto Palestino - Israelí

Reflexiones sobre el conflicto Palestino-Israelí.

En ocasiones cuando veo los conflictos armados en televisión, creo que son fruto de los intereses de líderes y gobiernos.

Presupongo que coincido con miles de personas del planeta que decimos: "No a la guerra" y creemos que hacemos algo útil compartiendo un eslogan por las redes sociales. Quizá sea así. Pero en el fondo me siento impotente y pasiva ante el televisor, la radio, el periódico delegando en otros o en esas redes sociales algo que no puedo arreglar. Siento que no puedo hacer nada ¿o sí? Quizá convertirme en una persona más en activista, apuntarme a una ONG y ser voluntaria para luchar in situ. O conformarme en luchar al menos por medio de la palabra.
Texto: Suzanne

Veo que en todo conflicto la mayoría de las víctimas son las mujeres y los menores, y esto me indigna porque están indefensos, pero a la vez sometidos a las reglas de los poderosos. En las guerras no sólo hay fusiles o tanques, sino palabras e ideas. ¿No son las palabras y las ideas también armas para la revolución?.

El conflicto de Palestina e Israel me ha llevado muchas veces a profundas reflexiones sobre cómo dejar de ser víctimas y cambiar las cosas. Creo firmemente que si las mujeres nos rebelásemos contra las herramientas de las que se sirve la guerra para sus fines, si nos negamos a fomentar el odio en las ideas como falsa causa de la guerra que sirve a los poderosos, esto se terminaría. Creo que si realmente nos plantásemos ante nuestros hombres, nuestros hijos, ante lo que sea y suceda lo que suceda, pero con un rotundo ¡Basta ya! Podríamos cambiar el futuro frenando el horror.

Para evitar nuestra rebelión de mujeres, en muchos lugares se nos educa para callar. No interesa que las mujeres nos eduquemos y comprendamos cómo se fabrica nuestra cultura, que nos inculca ideas, que nos domina y nos influye incluso para crear en las falsas causas de una guerra que sólo beneficia a unos pocos. Prueba de lo que digo son los tristemente famosos casos en Nigeria, con el secuestro de niñas mientras estudiaban para ser convertidas a una religión a la fuerza. Y podemos olvidar un tema si no son noticia porque no hay palabras. En todas partes del mundo, por desgracia, incluso donde no se usa la fuerza bruta, puede utilizarse otra más sutil, pero no menos poderosa: el arma de la Educación o la información.

La Educación debería hacernos a las madres las más poderosas del mundo, pero si no lo somos es porque, por desgracia, no somos las únicas que la utilizamos y la usan contra nosotras. Pero somos las mujeres más capaces de lo que nos parece en todas las culturas. Podríamos dejar de ser víctimas, dejar de llorar a los hijos e hijas muertos, secuestrados, violados... tan sólo con dejar que los inocentes de todos los bandos jugasen juntos. Verán ustedes a qué me refiero, me refiero a cómo las ideas nos afectan hasta el punto de ser la causa de un conflicto y las ideas crecen con los menores.

Por ello, aunque sea mediante la palabra, y con la pretensión de que todos y todas podamos reflexionar en las causas del conflicto Palestino-Israelí, y formarnos una idea propia, se publicará una tetralogía de artículos para el blog Mujeres en el Mundo. 

 Si no podemos hacer más que impulsar ideas, adelante, podemos informar humildemente procurando ser imparciales sobre el conflicto Palestino-Israelí, porque queremos recalcar especialmente la influencia que tiene la educación en el enfrentamiento de ambos bandos y cómo se utiliza para manipular a inocentes antes de llevarlos a las armas. 

De todo ello hablaremos en  cuatro artículos que se publicarán durante los meses de agosto y septiembre.

• 1: Los conflictos evitables en entornos multiculturales.
• 2: La religión no es el problema en Israel y Palestina. ¿a quién le importa?.
• 3:  Identidades en conflicto.
• 4: Conclusiones para el cambio.

Más allá del optimismo o la utopía, que puede emanar de las palabras contra un fusil, mucho más poderoso a priori, creemos que las mujeres podríamos rebelarnos contra la enculturación impuesta que no nos beneficia, ni a nosotras, ni nuestros hijos e hijas. 

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